La fortuna de tener clientes: el poder detrás del éxito del enmarcado de cuadros

Nos sentimos totalmente afortunados de tener a nuestros clientes

¿Porqué lo decimos?

Tener clientes es uno de los regalos más grandes que pueden existir. Y lo digo en el sentido mas bonito de la palabra, no solamente porque los clientes son el motor económico de un negocio, sino porque los clientes nos dan vida como organización, como personas, como seres humanos sociables que somos.

Este blog pretende ser un homenaje a nuestros clientes, de verdad que, después de tantos años de trabajo arduo detrás de un mostrador, recibiendo todos los días a todo tipo de clientes con algo en las manos para enmarcar, no podemos más que sentirnos afortunados del trabajo que nos tocó desempeñar en esta vida; atender las necesidades de enmarcado de tantas y tantas personas lindas que tienen la ilusión de colgar en sus paredes algún recuerdo, alguna obra de arte o el título de sus hijos que representó tantísimo esfuerzo para toda la familia.

Nos sentimos totalmente afortunados de ser parte de esos momentos, de ayudarlos a lograr el objetivo de ver plasmada en la pared tanta ilusión, tantos sueños, tantos recuerdos enmarcados con nuestros marcos, con nuestras manos, con nuestras ideas.

Nuestros clientes nos han enseñado a ser negocio, a ser responsables, a ser competitivos… a ser mejores.

Nuestros clientes nos hacen levantarnos cada mañana con ganas de abrir nuestro negocio y esperarlos con una sonrisa en la cara, con ganas de ver qué traen a enmarcar, con ganas de descubrir un nuevo proyecto por resolver.

Los clientes han alimentado nuestro negocio como nadie lo ha hecho, han dejado a enmarcar sus más grandes anhelos, sus más preciados objetos, sus mejores sueños, sus obras de arte más hermosas.

No puedo imaginar un negocio en donde se reciban a diario cosas más bonitas que en el nuestro.

Todos los días nuestros clientes nos sorprenden con fotografías, bordados, dibujos, grabados, acuarelas, cartas, cerámicas, óleos, espejos que reflejan vidas llenas de amor, aventura, belleza. Y nos dejan la enorme tarea de embellecer aun mas el objeto preciado.

Nosotros, por nuestra parte atesoramos todo lo que nos encargan para devolverlo listo para ser exhibido en su marco, listo para deleitar a todo aquel que lo pueda ver colgado en su pared. Tarea por demás entretenida, ardua, delicada. Lo hacemos siempre pensando en ese cliente que espera, a veces, demasiado tiempo para volver a nuestra galería a recoger su tan esperado enmarcado.

¿Qué nos han enseñado nuestros clientes?

Desde que iniciamos nuestro negocio hace más de treinta años, aprendemos todos los días de nuestros clientes, por ejemplo, cómo enmarcar el zapato de un bebé recién nacido. Aprendemos cómo hacer recordar por siempre enmarcada la fotografía del mejor amigo que acaba de adelantarse en el camino, aprendemos cómo conservar mejor la flor que se guardó por años entre las hojas de ese libro.

La fortuna de tener clientes. Sin duda el éxito de nuestro negocio

También, a lo largo de todos estos años, hemos aprendido como montar sin maltratar la servilleta autografiada por una estrella pop, como manipular y colocar en un gran marco la obra de arte heredada en 3a generación, o cómo hacer lucir espectacular el dibujo recién comprado en el primer viaje solos.

Aprendemos todos los días de nuestros clientes a ser mejores enmarcadores, a ser más pacientes, a ser perfeccionistas, a ser amables, a ser sociables, a ser más cultos, a ser mejores personas.

Gracias a todos nuestros clientes, gracias por siempre.